INSEMINACIÓN ARTIFICIAL, UN TRATAMIENTO DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA DE BAJA COMPLEJIDAD


INSEMINACIÓN ARTIFICIAL, UN TRATAMIENTO DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA DE BAJA COMPLEJIDAD

INSEMINACIÓN ARTIFICIAL, UN TRATAMIENTO DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA DE BAJA COMPLEJIDAD

¿Tu pareja tiene problemas de infertilidad? La inseminación artificial puede ser una opción. Esta técnica es utilizada en centros de reproducción, como Médica Fértil, y consiste en introducir los espermatozoides en la cavidad uterina de la mujer.

El inicio de esta técnica data de hace cientos de años, cuando en las veterinarias se tenía el objetivo de mejorar las razas. Para ello, el semen de los sementales era usado en el estro, la etapa reproductiva de las hembras; esta práctica fue trasladada al ser humano.

De acuerdo con especialistas, la inseminación artificial que ha demostrado tener las mejores tazas de éxito es la intrauterina, la cual tiene tres momentos claves dentro del momento de reproducción:

Estimulación ovárica controlada: que consiste en que, a través de medicamentos, la mujer genere más de un óvulo por cada ovario, por ciclo. Lo anterior, debido a que en un ciclo natural una mujer genera un óvulo cada mes. Esta fase es controlada mediante un ultrasonido y tiene una duración de 10 días, en los que se revisan si los óvulos están creciendo.
Disparo: etapa en la que se promueve la liberación de los óvulos que ya crecieron.
Capacitación espermática: esta se realiza en el laboratorio. El hombre entrega una muestra de semen y la embrióloga o andróloga eliminan los espermatozoides anormales, muertos y con poco movimiento, y solo deja un concentrado de espermas con alta calidad.
Inseminación artificial: 36 horas después del disparo. El objetivo es hacer coincidir el momento en el que la mujer va a ovular con el momento en que se acercan los espermatozoides. El procedimiento se hace a través de una cánula de inseminación (un instrumento delgado, similar a un popote) que se introduce en el útero guiado por ultrasonido y una vez que se llega al sitio se deja la muestra de semen.
El proceso en total tiene una duración de 12 a 14 días, y la inseminación puede ser de dos tipos: homólogas, la más común que se hace con el semen del esposo, o heteróloga, con el semen de un donante; esta última es opción cuando, con el Fertest, se detecta que la pareja tiene ausencia de espermatozoides por alguna enfermedad o por vasectomía.

¿Porcentaje de éxito?

Se calcula que, con una indicación precisa, cada intento de inseminación artificial tiene un éxito de entre 15 a 20 por ciento. Por lo anterior, se recomienda hacer máximo cuatro intentos en inseminaciones homólogas y hasta cinco en heterólogas, pues la tasa de éxito puede llegar a crecer de 60 a 75 por ciento.

Cada prueba puede realizarse mensualmente, aunque existe la opción de implementar ciclos discontinuos.

Sin embargo, en caso de no lograrse el embarazo al término de estos intentos, los especialistas recomiendan suspender la técnica y optar por una más sofisticada (o de alta complejidad), con la finalidad de evitar un gasto mayor y desgaste emocional.

Las estadísticas reportan que las mujeres menores de 25 años, al cuarto intento de la inseminación artificial, tienen un 75 por ciento de probabilidad de quedar embarazadas; después de los 35 años, del 45 por ciento; de 38 a 40 años del 39 por ciento, y las féminas mayores de 40 años solo de un 20 por ciento.

Dr. Juan Carlos Alcivia García, Director General de Médica Fértil

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